¿Un bolso de rafia realmente combina con todo? Resulta que sí.
Hubo un tiempo en que los bolsos de rafia estaban reservados exclusivamente para la playa. Los sacabas una vez al año, las llenabas de crema solar y libros de bolsillo, y las dejabas acumulando polvo durante los meses restantes.
Pero últimamente, las cosas han cambiado.
Paja, rafia, mimbre... llámalo como quieras, se ha convertido silenciosamente en un elemento básico para todo el año. ¿Y cuál es el secreto? Que, de alguna manera, combina con absolutamente todo.
Piensa en ello como el equivalente en bolsos a una camiseta blanca: discreta, neutra, pero curiosamente transformadora. Suaviza los cortes, aligera los vaqueros oscuros y aporta una sensación de naturalidad a casi cualquier conjunto. Puedes llevar el vestido negro más sencillo o los pantalones estampados más llamativos, y un bolso de rafia seguirá siendo la elección perfecta.
Así que sí, puedes llevarlo al brunch, al trabajo e incluso a una boda (dependiendo de quién te acompañe y del código de vestimenta). Es práctico, atemporal y una forma inteligente de renovar tu armario sin tener que cambiar mucho.